eres totalmente dependiente. Cuando creces, ya no necesitas plenamente el cuidado de tu familia, pero estos te enseñan cosas pequeñas, como que al cepillarse los dientes, las muelas se lavan en círculos, que el tenedor va a la izquierda en la mesa y que si haces algo mal hay que castigarte para que no se vuelva a repetir.
Llega un momento en el que supuestamente no necesitas ayuda, eres independiente. Pero eso es mentira, pues al fin y al cabo no puedes vivir sin ellos.
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