en casa de su abuela durante una época. Decidió hacerlo porque sus padres no le quisieron comprar un avión. Se enfurruñó y un día, cuando estos dormían la siesta, se escapó. Cogió su delantal a cuadros y le cortó las tiras, pero solo las de arriba, porque sino no se podría atar al palo de la escoba. Metió su peluche de un oso y su lupa y los envolvió en el delantal. Lo ata al palo y sale de casa. A demás ahora que se acuerda, se fugó de casa por un motivo más... ¡A, sí! El hijo del vecino. Se llevaban un año.
Todos los días se intercambiaban sus juguetes.
Amor inocente, amor infantil.
Pero sus padres eran íntimos enemigos de los padres de él, por lo tanto les separaron. Los vecinos se mudaron y ella va a buscarlo. A mitad de camino, sus piececitos se cansan y se sienta en un portal que casualmente, es el de su abuela.
Su abuela la coge, la eleva por los aires, es una pluma ligera de 7 años y medio.
La sienta e su regazo y le dice:
+ ¿Sabes pequeña? Cuando yo fui joven también a fui a buscar a mi amor. Pero acabé encontrando mi otro amor, la libertad.
- ¿Tú tuviste un amor yaya?
+ Sí cariño, hace mucho tiempo de eso, demasiado quizás.
Verás, mi relación amorosa fue como la de una adolescente con un famoso al que adora:
<<Lo quiere conocer, lo ama y quiere decirle cuanto le quiere.
Pero nunca llega el momento y ese es el error. Una vez lo sueltas de tu mano se escapa y nunca vuelve. Se va lejos, donde nadie lo pueda ver.>>
- Ya abuela... ¿Pero por qué me cuentas esto si yo no te he hablado del amor? Me he escapado de casa por que quiero un avión...
+ Hija, debes aprender a que tu único capricho sea el amor.
Y con esto termina su pensamiento.
Ahora comprende estas palabras pero... ¿será verdad que se ha enamorado? ¿o es simplemente el calor del sol?
Mira su patito de goma. Añora la infancia, añora la ignorancia, añora la compañía, añora su antigua vida.
Todos los días se intercambiaban sus juguetes.
Amor inocente, amor infantil.
Pero sus padres eran íntimos enemigos de los padres de él, por lo tanto les separaron. Los vecinos se mudaron y ella va a buscarlo. A mitad de camino, sus piececitos se cansan y se sienta en un portal que casualmente, es el de su abuela.
Su abuela la coge, la eleva por los aires, es una pluma ligera de 7 años y medio.
La sienta e su regazo y le dice:
+ ¿Sabes pequeña? Cuando yo fui joven también a fui a buscar a mi amor. Pero acabé encontrando mi otro amor, la libertad.
- ¿Tú tuviste un amor yaya?
+ Sí cariño, hace mucho tiempo de eso, demasiado quizás.
Verás, mi relación amorosa fue como la de una adolescente con un famoso al que adora:
<<Lo quiere conocer, lo ama y quiere decirle cuanto le quiere.
Pero nunca llega el momento y ese es el error. Una vez lo sueltas de tu mano se escapa y nunca vuelve. Se va lejos, donde nadie lo pueda ver.>>
- Ya abuela... ¿Pero por qué me cuentas esto si yo no te he hablado del amor? Me he escapado de casa por que quiero un avión...
+ Hija, debes aprender a que tu único capricho sea el amor.
Y con esto termina su pensamiento.
Ahora comprende estas palabras pero... ¿será verdad que se ha enamorado? ¿o es simplemente el calor del sol?
Mira su patito de goma. Añora la infancia, añora la ignorancia, añora la compañía, añora su antigua vida.
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