If he started arguing, he'd kiss you.

miércoles, 31 de agosto de 2011

-¿Compás? No. -COMPASS.

__Sí, necesitábamos una brújula para encontrarnos.
¿Pero la teníamos? No.
Al final nos encontrábamos de todos modos.
Nos dimos cuenta de que solo nos perdíamos cuando la brújula nos indicaba el Norte.
Aunque puede que para encontrar el Norte haya que perderse, en cuyo caso, la brújula hacía bien su trabajo.
Un trabajo desperdiciado, teniendo en cuenta que también perdimos la brújula aparte de a nosotros mismos.
-¿Irónico? No. 
-¿Casualidad? Tampoco.
-¿Destino? Frío, frío...
- ¿Pues qué fue? 
-Deseos de soltarla en medio del campo y aislarme con él.
Vamos... "un accidente".

El tres.

¿Por qué el tres?
Por que es el principio de una fecha clave, por que tres es el número en el disco de mi tercera canción española favorita, por que tres es el número perfecto para un grupo -menos para la pareja...-, por que 3 es 13 - "el número de la mala suerte"- sin el 1, y es todo por contradecir.
Es el tres por que es el número que se dice al estar listo para algo: 
-¡A la de 3!
Por que es el número que más emoción me da en una cuenta atrás, por que es fá-cil de decir.
Sin la "r" y la "s" es "te" de:
-"Te quiero."
Al fin y al cabo, me gusta el 3. Como tú.

Mrs. Christmas.


Ese día caminaba por el barrio más lúgubre de la ciudad, al lado del más transitado.
A un lado de las fincas, estas eran acristaladas a lo opaco, como las ventanas de una limusina.
Las calles están llenas de gente. En cada puerta de una casa hay un vagabundo. Pero nadie - salvo unos cuantos niños que les miran embobados arrastrados por sus madres. parece percatarse de que están ahí.
En la estación de metro, un hombre toca el acordeón y mira alegre a quienes le ignoran.
El acordeón está atado a un pedal que al pisarlo hace que suba una armónica hasta su boca, y al soplar, un mono gigante con unos platillos que lleva atado al pecho choca estos entre sí.
Ese hombre orquesta le recuerda al de Mary Poppins. Solo le faltan los pingüinos del parque.
Pasa por al lado y le da una pulsera que espera que le regale a su mujer por Navidad y no se lo cambie por un dólar a un desconocido. - Seguramente haga lo segundo.-
La gente está tan concentrada en hablar por el móvil gritando, taparse la boca con la bufanda o proteger a sus bebés del gélido invierno, que está segura de que si roba un plátano de la frutería, se sube a uno de los tendederos que cuelgan de las casas viejas y se tirara por el cable (usando el plátano como soporte de la tirolina) nadie se daría cuenta.
Eso es lo que tiene la ciudad. Nadie descansa nunca, ni siquiera en Navidad.
Los escaparates están llenos de luces que ciegan la vista, renos de peluche y bastones de caramelo.
Los niños, que parecen ser los únicos con espíritu navideño/"no zombies", se detienen en medio de la calle para observarlos y fascinarse con la nieve que cae dentro de la tienda.
Provocan quejas de personas a las que les importa más llegar a fin de mes que levantar del suelo al niño que acaban de empujar.
En cada esquina, como si se tratase de una fábrica, hay varios "Papá Noel" que luchan por ese rinconcito de la ciudad, discutiendo si era de uno u otro mientras gritan los descuentos que una de las tiendas a las que patrocinan ofrece.
Se pasa al "lado oscuro de las casas".
Las casas, o antes lo eran, tienen un aspecto mohoso.
Hechas de ladrillo marrón y con más escaleras de emergencia al aire libre que estructura en sí, ocultan tabernas oscuras y contenedores de basura con las tapas abiertas.
Al final del callejón, una pequeña "oficina de cobro" ofrece a los Papá Noel que hay por las calles grandes de la ciudad dos dólares a cambio de ofrecer sus servicios. 
Servicios que constan de tocar una campana, decir: "¡Jo, jo, jo!"
y dar a los niños -y a los no tan niños- caramelos con sabor a fresa que en verdad saben a guante sudado. Y los dólares no llegan la mayoría de las veces...
-¡Verdadero sentido Navideño!
PD: And a happy New Year...!

martes, 30 de agosto de 2011

Teddy Bear.


Cuando nos dimos cuenta de que la nieve se había fundido, nos preguntamos si había llegado la primavera o había sido el calor que se respiraba en ese instante.
El oso de la casa seguía durmiendo, así que supuse que era la segunda opción.
Aunque... supongo que los osos de peluche no cuentan en el caso de hibernar.

If you ever love somebody...

Remember it, please.

Out eyes!

What is? NOTHING.


I say...

lunes, 29 de agosto de 2011

-¿Sabes qué? He decidido dejar de ser normal.


- Emm...
- A partir de ahora voy a dedicarme a gritar por la ventana mientras canto una canción, para que los vecinos me escuchen. Voy a bailar con la cortina corrida para que el que quiera me grabe, voy a cortar el tomate en forma de flor, voy a hacer caritas sonrientes en el plato con las cortadas de jamón, voy a pintar las paredes de toda la manzana con mi nombre completo y luego las voy a pintar de color azul. ¡¿Qué azul?! Mejor de fucsia.
Me apetece arrancar todas las hojas secas del tejado y hacer un mural con las tejas, voy a dejar de hablar sola, pintarme una uña de cada color, arrancaré las lentejuelas a las camisetas ajenas que las tengan y me haré una bola de discoteca como lámpara para mi habitación.
Voy a simular que toco la guitarra con el aire subida al terrado, intentaré hacer de la espera del autobús un musical en el cuál hasta la señora del quinto y su chihuahua se unan y saquen su lado más heavy, voy a...
-¡Ey, espera!
-¿Qué?
-Tú nunca has sido normal.


domingo, 28 de agosto de 2011

Reverso.


 -¡Cuantísimo tiempo! ¿Te acuerdas de mí?

-¿Te importaría apartarte? He quedado contigo hace un instante.
- Aquí me tienes.
- No, te tengo presente, pero no te tengo cerca.

Que conste.

Si te acercas demasiado a mí no respondo ante mis actos.


Quiero quererte...

sábado, 27 de agosto de 2011

Plant- ígrado.

-El antojo que van a presenciar hoy es de locura.
Hemos visto a gente comer jabones, sofás, morderse el labio, arrancar hierbajos del suelo y chupar el terciopelo, pero nada como el antojo de querer cambiar de vida.
- Quiero ser un trébol.
- Un trébol, ¿dice?
- Sí.
- Entiendo... No, en realidad no. ¿Por qué?
- Deseo ser objeto recolector de agua para los duendes, que me cojan y me coloquen en su sombrero irlandés y se lo vendan a turistas confusos por que soy símbolo de suerte y les guiará por el camino. Ingenuos...
Quiero tener 4 hojas y que miles de personas depositen su confianza en mí, aunque sea una simple planta inservible.
Quiero tener distintos matices de verde, quiero ser pisoteado por un campesino, que me lleve en el zapato y no me quite como si fuera un chicle o un regalito de perro.
Quiero ser símbolo de un país y que me pongan en el asa de un caldero de oro.
- Espléndido, pero... ¿Ha tenido en cuenta que nada de eso es verdad?
- ¿Ve? Por eso mismo quiero ser una mísera planta.
Por que las plantas no creen o piensan, solo se dejan llevar y siguen el trayecto vital que deben seguir.
Es la única manera de escapar de la incredulidad de los humanos. ¿Me deja despedir el programa?
- Me ha convencido, ahora mismo voy a realizar mi sueño de ser clarinetista.
- Hasta aquí todo por hoy, mañana voy a cumplir otro sueño y a volver a la gente loca. ¡ESPÍRITU HIPPIE!
Sé que en algún lugar estás pensando... What's? Ya que te molestas en preguntártelo... Sonríe.

¿Preparados?


Hay momentos en los que pongo música y cuando quiero que algo se retenga en mi mente un mísero segundo, se esfuma.
En cambio, en otros instantes en los cuáles lo único que quiero es alejar cualquier escena de mi cabeza, mis pensamientos se escuchan más fuertes que la música.
Es cómo si los dos sonidos retumbasen e iniciasen una lucha para ver cuál de los dos tiene más decibelios, pero no consigo comprender por que siempre gano yo.
Es una batalla que me gustaría perder, por una vez.
¿O es que ya la he perdido?
En cualquier caso, quiero un eco sordo-mudo, por favor.
Con un extra de echarte menos en falta.

viernes, 26 de agosto de 2011

Tengo envidia del Sol.


Siempre fijo, ahí arriba, haciendo que miles de personas se pongan de color chocolate, haciéndolas sentir más seguras...
Aunque puede... Que solo les dé algo falso.
¿O acaso el moreno no es pasajero?
Hace que todo gire entorno a él.
Tanto tú, cómo tu familia, como el heladero de las pelis americanas que toca la campanita a las 8 de la mañana para empezar su jornada...
Sigo pensando que allí se está bien, sin preocupaciones...
Pero no tiene algo... amor.
Solo tiene su propio calor.
Arrogante.

Entretener.

Con la única compañía de la voz de fondo de la televisión y los trocitos de fresa en su yogur, pensó que quizá sería hora de buscar la felicidad.
-¿Rebusco en el yogur? No... Es muy simple... 
No creo que si alguien quisiera esconderme la felicidad la guardara en un "Vitalinea"...
¡M-a-l-d-i-t-o-s duendes! No sé si existís, pero me complicáis las cosas. ¿Dónde la refugiáis? ¿Y por qué no hacéis lo mismo conmigo?
-Y así, cucharada a cucharada, fue degustando la deliciosa fresa a ritmo de: ¿Me quiere?, No me quiere, ¿Me quiere?
Dejémoslo en quizá.
Nadie dijo que el amor fuera... F-á-c-i-l.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Por las tardes me apetece lima-limón.


- Y si me dices que no... ¡Me casaré con una autoestopista!
- Estás loco...
- Sí, loco por ti.

I always remember last four months with you.

-Querido Santa, Ratoncito Pérez, Nube, Vecino cotilla, Rey Mago o quienquiera que seas:
"Yo creía que después de estos meses que pasé en la felicidad vendrían más... Pues no.
¿Tanto costaba dejarme un poco más?
Quizá desaproveché la oportunidad, o debí haber disfrutado más... Pero nadie me dijo que esto sería pasajero.
Yo aprovechaba, no siempre hacía lo que quería, pero por lo menos me pasaban cosas que yo quería.
¿Qué pasa? ¿Hay que organizar los momentos y etiquetarlos por que solo pasan una vez?
¡Qué guay! Hay variación, sí. Pero esta variación no me gusta..."
<Ya que lo lees, me gustaría que sin importancia de quién seas, dejes una carta, una foto, un recuerdo, cualquier cosa que te hizo feliz y que ya no está.
Y después, quiero que lo metas en una botella junto con este mensaje y lo tires al río, al mar o al váter. Lo que te pille más cerca.
Olvídate de todo esto.
Lo echas de menos, pero ya volverá.
Y si no lo hace... siempre puede haber alguien que te llene el hueco que te dejó.
Un consejo: Haz lo que quieras cuando puedas, y si no le gusta a los demás, replantéate si lo haces por que quieres, le hace daño a quien se lo haces o es que tienes un ataque de subnormalidad.>
Un abrazo, de alguien anónimo que no te entiende.

- ¿Has leído esto? 
- ¿Te conozco?
- No, pero quiero que lo leas, yo me voy a bañarme en la terraza en una piscina hinchable y a tocar la trompeta (aunque no sé tocarla) al ritmo de las burbujas que explotan.
- ¿Bromeas? Eres idiota.
- Parece que me conoces de toda la vida, deberías mirarte la ignorancia.

lunes, 22 de agosto de 2011

Diferente.

Hay  personas que hablan en voz baja, en voz alta, las que le hablan a sus uñas cuando se las pintan, al presentador de las noticias de "La 1" cuando dice algo que no queremos oír o no nos interesa, las personas que se hablan asimismas, a personas que se han ido, al wifi, las que le hablan al silencio, a objetos inanimados, a su mascota, a un libro cuando se cae de la estantería y no se quiere poner de pie...
Total, que lo único anormal acaba siendo hablarle a otras personas.


Parálisis primaveral.

- Disculpa, pasaba por aquí y no he podido evitar darme cuenta de con qué cara me estás mirando.
- ¿Perdona? Yo no te estoy mirando de ninguna manera, ni ahora ni en ningún momento. Ni siquiera me había percatado de que pasabas por mi lado.
- ¿Cómo que no? Esa cara de indignación y tus miradas de confusión mezcladas con esa sonrisilla de falsedad te delatan, te mueres por mí.
- En serio, ¿le haces esto a todas las chicas o solo a las que llevan yogur helado de melón? Por que se me está derritiendo...
-¿Qué más tengo que hacer para que te enamores de mí?
- Comprarme una góndola con tapicería estrellada, enseñarme a conducir un tractor y quizá llevarme a un Starbucks y pedir por mí cuando me meta al baño para pensar por que te quiero besar ahora mismo.
-Eres difícil... escojo el comodín de llamada al manicomio, me estás volviendo loco.
-Su llamada será atendida en breves instantes, de momento tendrá que conformarse con la chica del melón helado.
- Y con sus labios...
- -"Crepúsculo picarón por unas calles no tan silenciosas".--

domingo, 21 de agosto de 2011

¡Ey nena, enciende el reloj!


Necesito que suene la alarma, quiero despertarme de este sueño, quiero volver a la realidad, quiero volver a lo común.
- ¿De verdad?
+ No, solo quiero ver tu cara de recién levantada, secarte las lágrimas de esa pesadilla que nunca fue real y que te pongas mi camisa de cuadros para sacarme a pasear.
Quiero atarme a ti, solo hoy, con correa.
Hoy me siento perro, pequeña.

sábado, 20 de agosto de 2011

Diario de abordo.


Día 1: Acóplate a lo desconocido.
Subir al barco despierta curiosidad.
Personas hay a tu alrededor que suben preocupadas, pocas las que embarcan confiadas.
Pese a que este amigo es un gigante de los mares, algunos niños parecen decepcionados, al darse cuenta de que no es tan maravilloso.
Otros se fascinan por la simple capacidad de flote del "Goliat acuático".
Las olas chocan contra el exterior del barco al zarpar.
Son creadas por la turbina giratoria, que viaja submarina, y salpica las pequeñas ventanas de quiénes viajan cercanos al agua.
Esta noche, me gustaría que estuvieras a mi lado.
Sin embargo, estoy sola, ante el poder del mar.
Quiero que cuando el viento azote mi cara, tú me apartes el pelo cn tu mano suavemente de mi rostro, aunque vuelva a su lugar actual.
Quiero que quién me tape del frío seas tú y no esta chaqueta cada vez más húmeda.
Quiero que me digas que me quieres al oído y que ojalá fuéramos olas para escaparnos y ser libres.
A lo que yo respondería:
"-¿Para qué ser olas?
Son simples partículas de agua que al estar sometidas y entregadas a la marea acaban dependiendo de sus semejantes.
Sería como esclavizarse. Yo solo quiero aferrarme a ti, y no a una sustancia moldeable."
- Y tú no contestarías, por que no hay nada que decir.
Es el mejor silencio. El que deja escuchar lo inexistente, la esclavitud del viento y las cadenas de nubes.
El contrario al que siento ahora mismo.
Por que este silencio me mata.
Te quiero tanto que me duele.
*Me voy a fugar con la espuma.*

Diario de abordo.


Día: He perdido la cuenta.
Últimos momentos en este monumento acuático.
El recorrido ha sido finalizado y ha dejado miles de imágenes guardadas en las cabezas de los tripulantes, sin necesidad de una Nikon.
Atrás queda el sonido de los cubiertos caídos en la moqueta del restaurante, el agua salada de la piscina, las burbujas del jacuzzi, los avisos en inglés que se entienden más que en español, el olor a mar de por las mañanas, las fotos en la cámara de tu memoria a las puestas de sol, el estrés de recorrer una ciudad en 6 horas y las manchas de crema solar en el cristal de unas Ray- Ban usadas como marca-páginas o mordidas por un turista.
Lo único que puedo decir es que ojalá pudiera hacer lo mismo, dando la vuelta al mundo desde mi ventana.
Por que ahora solo veo deslunados vacíos, pinzas cubiertas de polvo que sujetaban un calcetín que se le cayó a la vecina del sexto y que fue incapaz de recoger y no veo agua, ni peces, ni medusas amarillas, solo ciudad.
Una ciudad que me hace volver a la realidad, de quererte aún más cada segundito que pasa, pero de olvidarte y acostumbrarme a no verte. 
Justo lo que quise que no pasara y que está pasando...
Y todo por culpa del tiempo.

Pd: Falling in love? No, I don't know what's this... 
I know it before.

sábado, 6 de agosto de 2011

Diálogos de medianoche.

Metamorfosis a monólogos.
Ambiente noctámbulo de Margaritas con guindas resecas.
-¿Perdone, me pone la cuenta? Me llevo el cóctel de sentimientos y el quince por ciento de la propina por tu contribución a mi circo.
Gracias por el espectáculo de tu sonrisa.

viernes, 5 de agosto de 2011

Todo lo que no te conté y más: Ilógico.


-¿Tengo que esperar otro mes para volver a verte o te veo la semana que viene?
- Justamente esa semana estoy en Francia.
-Ah... En ese caso... ¿Te importaría traerme algo?
- Te hago una lista,
-Un CD de música de acordeón, un foco de los que encienden la torre Effiel en las cálidas noches Parisinas y una gran sobredosis de ti.
- Por ti paro a cualquier navegante del Sena con acordeón, le pido una maqueta suya, me llevo un pico con el que arrancar el foco y respecto a la tercera parte... No tienes por qué esperar a que vuelva de Francia.

Entre el primero y el segundo yo me quedo con el tercero.


Uno de los placeres de la vida es amar y ser amado.
Todo lo demás es un simple y pequeño capricho.
Aunque puede que no sea tan pequeño...
Lo que quiero es vivir más allá de tus fotos.
- ¿No lo llamábamos realidad? Sí, la realidad...
Quiero volver allí. Hace tiempo que no vivo en ese lugar...
Pero si me mudo, quiero hacerlo contigo.

Cero.

Ese número circular, rechoncho y que a la izquierda apenas vale pero a la derecha tiene tanto valor...
¿Es simple?
No, es complejo.
El el típico número que dependiendo de los usos que se le de o del resultado que indique, decepciona o emociona.
Es lo que se forma al poner tus dedos llenos de espuma preparados para hacer pompas.
No existe (puesto a la izquierda) en los días del mes, ni es el primer día de todos, teniendo en cuenta que es el uno.
De pequeños nos convencían para que lo hiciéramos más alargado y menos bajito, por que se confundía con la letra "o".
Parece que es nuestro número, por que aquí no hay sitio para los dos.
Ni siquiera para uno.
Punto.

jueves, 4 de agosto de 2011

Coincidencia.

Coincidencia sea quizá que nos toque juntos, que nos gusten las mismas canciones, que se crucen nuestras miradas, que nuestros nombres tengan seis letras o que se caiga un lápiz y nos demos cabeza con cabeza.
Pero no lo es que no te pueda olvidar...
Umm... Te me repites, me dejas con ganas de más y eres tan dulce que me atascas la mente y me das dolor de cabeza.

martes, 2 de agosto de 2011

Capicúa.


Lección: El número de cosas que tengas en la cabeza más 3.
¿Qué es lo que vemos en un reloj de arena?
Lógicamente, arena.
Dividida en granos, de distintas tonalidades, pero el fin y al cabo marrón. 
Itinerante, ligera pero pesada a la vez, escurridiza, dirigible, moldeable, dispersa...
Pasa de un lugar a otro, para luego volver.
Está encerrada en un cristal, aislada, capturada, condenada a caer y caer hasta romper el vidrio que la enjaula.
Hasta el más mínimo y minúsculo grano de arena tiene rutina.
¿Qué es lo que marca?
Indefinidas e infinitas posibilidades.
La duración de un beso, de una discusión entre varias personas sobre si su ficha del parchís ha recorrido una casilla más de lo correspondiente... Pero, siempre el paso del tiempo.
¿Podríamos darle la vuelta? Sí. 
De hecho, si no lo hacemos el tiempo deja de transcurrir en su interior, aunque por fuera siga pasando.
Pero no podemos hacer que vaya marcha atrás.
Creedme cuando os digo que lo he intentado.
Tantas veces ya... que creo saber el número de granos de arena que hay dentro.
¿La solución más rápida a olvidarlo todo?
Puede que sea cogerlo, ponerlo horizontalmente, de manera que la arena se distribuya y se pare, haciendo así una barrera para los granos y guardarlo al fondo de un baúl para encontrarlo años después y ponerlo en la estantería al haberlo olvidado todo.
Pero eso es muy lento.
¿Lo rompemos?
Suena a actividad familiar.
-¡Vamos a romper el reloj de arena a ver si así dejamos de discutir por si se nos acaba el tiempo de nuestro turno al jugar a juegos de mesa!
O a soledad...
- Si le golpeo con un martillo tal vez se para el tiempo y puedo disfrutar de algo en mi vida...
Pero eso es ridículo.
No hay solución, hagas lo que hagas te olvidarás de él y te acordarás en el momento en el cual menos tenga que ver esa imagen en tu mente.
¿Que no tienes reloj de arena?
Sí que lo tienes, no hace falta que sea material.
En tu mente siempre está.
La única manera posible de volver al pasado como decíamos antes es... recordar.
Como dice el título, palabra capicúa con innombrables significados.

No hace falta ver, no hace falta ni oler.


Solo con escuchar una maldita frase te puedes dar cuenta de que te sientes como en una película en la que se tiran por el suelo a llorar, pero en silencio, que duele más.
Que solo te salga de la boca: Parabapa, para... y las respiraciones a la inversa.
Sentir el viento en la cara parece que te calma, pero te recuerda al invierno que ahora mismo está cerca de ti en pleno verano.
El optimismo no es más que la observación de la realidad desde un punto de vista diferente.
Pero ahora mismo no te pega mucho.
Te duele tanto que lo que escribes lo haces sin ordenar, según qué es lo que escuchas.
¿No decían que "El amor es sordo"?
Ah, no. Que es ciego.
¿Por eso hace tanto que no te veo?
Pues ojalá fuera sordo, por que te oigo...
¿Fácil?
Yo diría que difícil, más de lo que me imaginaba.

lunes, 1 de agosto de 2011

Te hace sentir impotencia el ver como las huellas que has dejado en la arena se las lleva la marea.