The price of your own fault depends of the way youll kiss me.: Tengo envidia del Sol.

viernes, 26 de agosto de 2011

Tengo envidia del Sol.

Siempre fijo, ahí arriba, haciendo que miles de personas se pongan de color chocolate, haciéndolas sentir más seguras...
Aunque puede... Que solo les dé algo falso.
¿O acaso el moreno no es pasajero?
Hace que todo gire entorno a él.
Tanto tú, cómo tu familia, como el heladero de las pelis americanas que toca la campanita a las 8 de la mañana para empezar su jornada...
Sigo pensando que allí se está bien, sin preocupaciones...
Pero no tiene algo... amor.
Solo tiene su propio calor.
Arrogante.

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Como cuando el pintor coge su brocha, al escribir mi mano se desliza por el lienzo del papel, crea, imagina, se ilusiona y equivoca, pero por suerte puede borrarse sin tener que usar acuarela del color beige seda. Puede traspapelarse, perderse, olvidarse y recuperar el vicio. Es la droga más llamativa después del amor. Engancha, dificulta el transcurso correcto de la vida, y te obliga a parar, recapacitar y usar tu mente como algo más que un instrumento para visualizarle. Traidora industria de palabras, estimulante de la emoción y excitación, causa del misterio.

Sí.

Soy de las que se levanta tarde, que no consigue quitarse las sábanas de encima salvo cuando es verano, que odia que la despierten preguntando: ¿estabas dormida?, que le encantan los macarrones, el puré de patata y mojarse las puntas de los dedos de los pies con la arena empapada de la orilla del mar. Se me cae todo y me río cuando tengo la boca llena de agua y apunto de explotar, pongo caras raras a todas horas, amo las alpacas y los peces de colores. Quiero viajar por toooodo el mundo. Me encanta la fotografía y el periodismo. Me encanta el morado y el naranja aunque yo siempre los llamaré lila y melocotón. Mi fruta favorita es la cereza y mi colonia la de lichi, me río y lloro por todo y soy la primera que se emociona y chilla en una situación "inapropiada". Digo muchas paridas y haga lo que haga, imite el acento que imite todos me salen igual deargentinos/mariachis. Me encanta cantar y me da igual hacer el subnormal delante de la gente. Mi canción favorita será siempre "Time after time" de Ronan Keating, aunque te diga otras. Mi película favorita es "Titanic" y mi libro favorito "El cielo está en cualquier lugar" de Jandy Nelson. Mi estación es verano por razón que saben y no os digo cual es mi mes, porque os mentiría. Soy soñadora, MUCHO, y no sabéis como sueño despierta. Muchas veces cambio de orden las palabras o suprimo algunas para escuchar lo que quiero, odio a los falsos y mentirosos y hay muchas cosas que no se hacer y que estoy intentando conseguirlas. S
on bastante estúpidas, puede que hasta básicas.
No sé silbar, poner morros a lo pez y hasta los 9 años no sabía como hacer chasquear mis dedos.
Soy bastante patética bailando, pero según dicen, no cantando.
No soy de las que da besos y abrazos a cualquiera como bien saben, solo cuando estoy mal, alguien necesita que le consuele o estoy con un ataque de felicidad. ¿Mi palabra? Ilusión. No soy supersticiosa, pero siempre llevo algo que me ha regalado alguien que no está cerca por... algún motivo. Odio que toquen mis cosas y me las cambien de sitio, cosa que es imposible en mi casa. Odio el ruido de los zapatos al chirriar y de unas uñas arrastrándose por la pizarra. Soy muy cabezota y no soporto que me lleven la contraria. Cuando estoy enfadada soy capaz de tomarla con todo el mundo o quedarme callada. Soy poco predecible y hay muchas personas que me sacan la sonrisa. Me dan miedo los payasos, la ballena de Pinocho, los petardos y las arañas.

No supero mis miedos aunque la verdad, podría enfrentarme a ellos...

Pero no puedo. Si eso es ser cobarde, lo seré, prefiero conservarlos hasta estar preparada.

Nunca he probado la comida china y mis amigas están empeñadas que lo haga y que así comenzará mi adicción.

Amo la música. Me identifico con las letras de las canciones, incluso con las que no cuentan mi historia. Me gustaría saber tocar el saxofón y el xilófono.

Tengo muchas manías.

-No paro de tocarme el pelo, lo tiro para atrás y luego para adelante.

-Me muerdo el labio cuando estoy nerviosa.

- Al poner la mesa, pongo los cubiertos más finos en mi sitio, y si no están ahí, los cambio.

-Tengo secretos, pero a veces en vez de los demás, los acabo contando yo, porque es mi debilidad. Pero eso sí, los de los demás me los callo, porque posiblemente no les guste que me pase lo mismo con los suyos.

-Odio que la gente me mire fijamente y que cuando me de cuenta no aparte la mirada.

He aprendido que cuando conoces a alguien a primera vista lo juzgas y montas un puzzle mental relacionando lo que ves con lo que puede ser.

Y a veces no es, así que decido no pensar mal de alguien hasta conocerlo.

Adoro a mis amigos y no los cambiaría por nadie, pero tengo un criterio, y es que si nos separa algo es que no era suficientemente fuerte.

Una amistad que acaba es que nunca empezó.

Lo que más valoro de alguien es la capacidad para hacerme sonreír. Supongo que es debido a que me encanta ver las sonrisas de los demás. Pero la parte que más me gusta del cuerpo son los ojos.

Gracias a ellos se producen las miradas. Las miradas lo expresan todo.

De pequeña me encantaba guardar los paquetitos de azúcar que le daban a mi madre en la cafetería al comprar el café y comérmelos en casa, pero en vez de disuelto en algo, me lo comía en mi mano, dando pequeños mordisquitos.

Odio el sonido de los micrófonos al acercare al altavoz, pero adoro el sonido de los micrófonos al hablar en un avión.

Encuentro formas tanto en el "gotelé" de la pared como en las baldosas del suelo.

Los truenos de día me reconfortan, pero de noche me ponen enferma.

Colecciono fotos del cielo.

Me encanta el olor del grano de café machacado y del pan recién hecho, pero mi verdadero vicio es el olor de las páginas de un libro nuevo y de tapa blandita.

Me ponen nerviosa las agujas, la sangre, los ronquidos y las llaves que no encajan con la cerradura y te obligan a encontrar la adecuada entre la multitud.

Adoro la cocina de mi abuela y el agua de mar transparente, azul clarita.

Cada vez que alguien da golpes con un cubierto en una copa me da la sensación de que esta se va a romper.

Me encantan los peces de colores, sus movimientos lentos de aletas de colores chillones pero cristalinos y su abrir y cerrar de boca.

Cuando era una enana me enfadaba con todos y por todo.

Me encanta lavarme los dientes.

ODIO los pimientos, la mayonesa, el sirope, cualquier tipo de salsa menos la de tomate, el olor de col y de las almejas al hacerse y las personas que fingen no entender.

Ojalá tuviera una sudadera de Conguitos, una vespa de color azul clarito o verde y un suministro de cerezas de por vida.

Adoro los discos de vinilo a los fans de los Beatles y las personas que se ríen hasta que les dan calambres en los costados.

A veces se me antoja la fruta, me flipa el signo de la paz y los collares de conchas.

Mi sabor favorito de helado es limón o vainilla.

Babeo con las magdalenas del Starbucks y hace siglos que no tomo una.

Cda avez que veo un sándwich -que no sea de ensaladilla, olivas o de sobrasada- me entra hambre.

Odio el Burger King y por eso cada vez que voy solo me pido patatas y agua.

Si hubiera vaselina de mango me la acabaría toda.

El zumbido de los mosquitos me parece frío, molesto, agudo y distante.

El ladrido de los perros grave y seco.

Me encanta que llueva en verano por que la calle huele bien y húmeda y en el campo salen los caracoles al compás del Sol.

Todo esto es lo que puedes saber de mi.