Esa
voz cálida que te cautiva, emociona, motiva, relaja…
Es
aquella que te susurra al oído un secreto que solo tú puedes desvelar, que cada
persona interpretará de una manera diferente.
Te
acaricia cada integrante de tu oído, dejando una sensación de incredulidad que
solo puede completarlo él, un vacío que únicamente llena un escalofrío.
Porque
el cambio de temperatura que se produce de su ser a ti te produce sensación de
frío, congelación de tus huesos. Es la repentina gelidez de tu aliento…
Allá
donde te teletransportas aparcará el control. Viajará, se irá de vacaciones.
Porque
cuando estás a su lado… Te olvidas completamente de la seguridad.
En
medio del desierto pues, no hay oasis que te refugie.
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