Dime que no, que
seguirás ahí, que no se acabará.
Cántame que te quedarás
a mi lado, susúrrame que si no te quedas para mil años, lo harás para toda la
vida, o al menos hasta que formes parte de ella, y te tenga a mi disposición
llueva, nieve, granice o haga un sol cegador.
No me hará falta darle
al “reply”, ¿verdad? Tú siempre aguardarás ahí, preparado, para darle a la
tecla que rebobine nuestros momentos. No los tiraré, pero tú debes barrerlos,
para que quepan más, solo junto a ti.
No me asustaré, no me
soltarás, ¿prometido?
Es fácil, solo dilo,
asiente, haz cualquier mueca que denote aprobación…
¿Por qué no lo haces?
Ah, sí… Porque tú no lo quisiste.
No de ese modo.
paraquelascosasfuncionen.blogspot.com
ResponderEliminar