-Bueno…
¿y a qué sabe?
-¿Cómo
que “¿ Y a qué sabe?”?
-Ya
sabes… rozaste sus labios, algún sabor percibirías.
-No.
-¿No? ¿De
verdad? ¿Ni tan solo un poquito?
-Quizás…
Me recordara a todas esas veces que ha puesto su cara tan cerca de la mía, que
era capaz de recopilar todo su olor e intentar darle un nombre, un sabor, un
matiz, cualquier cosa.
-¿Y lo
has encontrado?
-No. Solo
puedo definirlo como SU olor, SU sabor.
-¿A qué
se parece exactamente?
-Es una
mezcla estridente de todo lo que me derrite y la música que produce caricias a
mis oídos.
-¿Entonces…?
-¿Entonces
qué?
-¿Estás
enamorada o no?
-¿Acaso
tengo que decírtelo para que sea oficial?
No hay comentarios:
Publicar un comentario