Al girar la palanca de una caja de música, le das cuerda, regalas
un pequeño fragmento de tu fuerza, vendes tu mínima energía y todo a cambio de
unos segundos de música al soltarla.
Te dan el cambiazo de tu tiempo por una serpentina finita, que
acaba pronto y pide más.
Te ruega que, ya que la has empezado, por favor la dejes abierta,
pero en un punto y coma, para que alguien pueda retomar la pausa y se pueda
continuar.
Con tu ilusión has creado una retahíla de semifusas y figuras que
son bordadas en el aire, en las burbujas de agua y en un túnel oscuro.
Por arte de magia, deben de retomar su forma, y a ti te toca descoserlas
y desdibujarlas.
Tu tarea es agitar la goma de borrar de cada batuta desperdiciada.
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