-Me ha dado por la vida sana.
Voy a dejar de comer bollería, y a olvidarme de las tardes
tirada en el sofá.
-¿De verdad? A mí las paranoias de la salud no me afectan, y
hasta que lo hagan, aquí seguirá mi vida al límite, de probarme las gafas de los
demás hasta que dañen mi vista.
Porque la miopía es caprichosa, una vez la pruebas, la ceguera
quiere volver a ti.
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