Es ella
quien esconde sus palabras tras la máscara del otro idioma.
Las
esclaviza, pendiendo de la cuerda de un simple dialecto, en un territorio cuya
lengua original no se habla en ninguna parte, repitiendo las palabras de algún personaje
célebre, o habitante de la aldea de sus conocimientos.
Y es difícil
de comprender, puesto que no alcanza el más allá, no abarca ángulo mayor de
cobertura.
Por eso, los
límites del rabillo de cada vocal se encuentran tejidos entre roturas,
fragmentados hasta quién sabe en qué punto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario