Una simple reacción te puede cambiar
la perspectiva.
Te puede hundir, motivar, emocionar…
Y miles de sensaciones más paras las cuales no hay verbo alguno.
Quizá haya maneras de resumir todo
lo que nos empuja a seguir adelante, lo que nos guía hacia la luz, hacia los
lugares seguros en situaciones de peligro, donde resguardarnos de quienes nos
quieren hacer daño.
Pero, verdaderamente, es dentro del
círculo protector donde puedes ser herido.
¿O no es el que más quieres quien más
te duele?
Los fallos no se solucionan con imágenes,
tampoco con palabras…
Los fallos se solucionan… Cometiéndolos.
De ahí que nos enamoremos.
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