Comenzamos otra vez la típica rutina que se mantiene casi todo el año.
Dejamos atrás los refrescos fresquitos, el calor, las sombrillas, la arena, el agua, las noches hablando y riendo hasta que salía el sol, las sesiones de fotos veraniegas, los baños en las fuentes, el tiempo que tenemos de descanso y el que nadie utiliza para descansar, la canción del verano...
Todo eso se va y deja sitio para "la novedad".
Lápices, bolígrafos, libretas, carpetas, estuches, sacapuntas, gomas, libros que huelen a nuevo y dan miedo al ojearlos, el tener que volver a entrenar la muñeca para que no nos den calambres al volver a escribir, los nervios de: -¿Quién me tocará en clase?, las pocas ganas, las charlas de: -¿Qué habéis hecho en verano?, los horarios, tener que acostumbrarse a volver a empezar, a los compañeros, los profesores...
Parece mentira lo rápido que se pasa de Vacaciones a Rutina.
Y eso solo en unas horitas…
Dejamos atrás los refrescos fresquitos, el calor, las sombrillas, la arena, el agua, las noches hablando y riendo hasta que salía el sol, las sesiones de fotos veraniegas, los baños en las fuentes, el tiempo que tenemos de descanso y el que nadie utiliza para descansar, la canción del verano...
Todo eso se va y deja sitio para "la novedad".
Lápices, bolígrafos, libretas, carpetas, estuches, sacapuntas, gomas, libros que huelen a nuevo y dan miedo al ojearlos, el tener que volver a entrenar la muñeca para que no nos den calambres al volver a escribir, los nervios de: -¿Quién me tocará en clase?, las pocas ganas, las charlas de: -¿Qué habéis hecho en verano?, los horarios, tener que acostumbrarse a volver a empezar, a los compañeros, los profesores...
Parece mentira lo rápido que se pasa de Vacaciones a Rutina.
Y eso solo en unas horitas…
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